Al comienzo de un día de
vacaciones gobernado por esponjosas y blancas nubes, emprendí el viaje al
mágico y sereno Valle de Elqui. No sabía que allí encontraría mi lugar
favorito.
En primer plano se observa una
planta de trigo dorado, que enmarca la fotografía de manera perfecta. El resto
del lugar se encuentra en diversas tonalidades de verde.
En medio del paisaje, un frondoso
árbol solitario, hace gala de su hermosura. Al costado derecho en el fondo se
aprecia gran cantidad de olivillos en un intenso color verde. Acompañando y
contrastando esa imagen, un cerro café se ve adornando de una escasa pero
variada vegetación.
Para sellar el paisaje, está el
celeste cielo y unos rayos de sol hacer parecer plateadas las nubes.
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