sábado, 7 de diciembre de 2013

Mi primera vez

En aquel lugar, el calor se hacía insostenible, me sentía pegoteada y apretada; las sensaciones fluían por mi cuerpo, nada era como había pensado. Aquello que muestran en la televisión no se parecía en nada a mi realidad.

Sentí un pequeño mareo, quizás porque no estaba acostumbrada a esas nuevas sensaciones que estaba experimentado, después de todo, era mi primera vez. No me podía contener, y en algunos momentos sentía como el oxigeno se agotaba; pero nada podía hacer, tenía que terminar con lo que había empezado, debía llegar al final. Un final que aun no tenía claro.


Sentí una mano fría en mi espalda. Y una mirada oculta entre las sombras, me avisaba que mis expresiones faciales eran una exageración para ser la primera vez.

Las luces jugaban volviendo oscura la realidad, mas la música ambiental hacía confortable este pasaje de mi vida. De pronto, uno brazos cobijaban mi cintura, y una respiración al oído me comenzaba a desesperar. Con una voz dulce escuché, - señorita – y las manos que apretaban mi cintura de pronto me movían bruscamente y el dueño de aquellas manos me dijo nuevamente – señorita, baje, está estorbando, ya llegamos a su estación – y así fue como finalicé mi primer viaje en metro.


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