lunes, 9 de diciembre de 2013

Retrato

Paula, "la pequeña", tiene una larga, castaña y ondulada cabellera como las olas del mar. Posee un diminuto y ovalado rostro de tez trigueña parecida a la miel, el cual es coronado por una angosta frente. Las finas cejas enmarcan lo que más destaca en su rostro, sus grandes ojos más expresivos que cualquier otro lugar de la cara. Son como dos redondos y marrones  bombones de chocolate. Las pestañas son cortas como un abrir y cerrar de ojos. En sus redondas y rosada mejillas sobre sale una cantidad de pecas que simulan los puntos de una frutilla, divididas por una proporcionada aunque fina nariz. Sus delgados labios que forman un corazón en la parte superior dan paso a unos angostos y blancos dientes como la nieve, los cuales se pueden apreciar cuando aparece una amplia sonrisa. Debajo de ésta se encuentra un pequeño mentón  que complementa  el proporcionado rostro que al igual que su nombre, proyecta su imagen de pequeña niña, la misma que conocí a los diez años de edad.

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