Paula, "la pequeña", tiene una larga,
castaña y ondulada cabellera como las olas del mar. Posee un diminuto y ovalado
rostro de tez trigueña parecida a la miel, el cual es coronado por una angosta
frente. Las finas cejas enmarcan lo que más destaca en su rostro, sus grandes
ojos más expresivos que cualquier otro lugar de la cara. Son como dos redondos
y marrones bombones de chocolate. Las
pestañas son cortas como un abrir y cerrar de ojos. En sus redondas y rosada
mejillas sobre sale una cantidad de pecas que simulan los puntos de una
frutilla, divididas por una proporcionada aunque fina nariz. Sus delgados
labios que forman un corazón en la parte superior dan paso a unos angostos y
blancos dientes como la nieve, los cuales se pueden apreciar cuando aparece una
amplia sonrisa. Debajo de ésta se encuentra un pequeño mentón que complementa el proporcionado rostro que al igual que su
nombre, proyecta su imagen de pequeña niña, la misma que conocí a los diez años
de edad.
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